Cerdo de raza 50% ibérica criado en libertad en la Dehesa, un ecosistema derivado del bosque mediterráneo, constituido por encinas.
Es alimentado a base de hierbas, flores y otros productos naturales hasta la época de la «Montanera» (de noviembre a marzo) en donde el cerdo se alimenta, además, de bellotas y pastos naturales.

La grasa infiltrada en el músculo nos ofrece un jamón que se distingue del resto por su textura, aroma y sabor particulares y claramente diferente.
Con una curación mínima de 27 meses, su grasa entreverada y la jugosidad de su textura realzan su exquisito sabor convirtiéndolo en un delicado manjar.

Especialmente seleccionados por expertos maestros jamoneros, nuestros jamones ibéricos son fruto de una materia prima de alta calidad y de un tradicional proceso de curación lento, largo y muy mimado. Nuestro familiar saber hacer se refleja en su textura, aroma y color incomparables.

El jamón ibérico es un producto natural con grandes propiedades nutricionales que ayudan a una buena salud cardiovascular. Es también un producto rico en proteínas y aminoácidos esenciales que lo hacen el mejor exponente de la Dieta Mediterránea. El jamón ibérico es un producto sano, considerado como un poderoso antioxidante ya que contiene una considerable cantidad de vitamina E, B1, B6 y B12 y minerales saludables para nuestro organismo como el calcio, hierro, zinc, magnesio, fósforo y selenio que benefician al sistema nervioso y al funcionamiento del cerebro. También produce un efecto beneficioso sobre el colesterol gracias a su alto nivel de ácido oleico y a su nivel relativamente bajo de ácidos grasos monoinsaturados que elevan la tasa del colesterol «bueno» HDL.

Jamón de cerdo Ibérico, sal común, azúcar, corrector de la acidez E-331iii, conservadores E-252 y E-250, antioxidante E-301.

Información Nutricional por 100 g
Valor energético	1432 kJ	344 kcal
Grasas		22 g
de las cuales saturadas		8,7g
Hidratos de carbono		2,2 g
de los cuales azúcares		0,6 g
Proteínas		35 g
Sal		5,6 g

El jamón Nico debe consumirse a temperatura ambiente, es decir, a unos 21º. A esta temperatura se mantendrá la brillantez de la grasa natural, mientras que si está demasiado frío el aspecto será más bien opaco. Hay que procurar cortar lonchas finas, de tamaño medio y con algo de grasa para hacerlas más jugosas.