

Trabajamos con proveedores certificados en bienestar animal, asegurando que cada fase de producción cumpla con los más altos estándares de calidad y respeto.


Nuestro proceso de curación se lleva a cabo en Luciana, un pueblo de 300 habitantes, donde contribuimos activamente a la economía local.


Apostamos por una producción sostenible: el 100% de la energía que utilizamos proviene de fuentes renovables, y hemos reducido nuestro consumo de agua en más de 5000 litros diarios gracias a la modernización de nuestras instalaciones.


Con la autogeneración fotovoltaica, ya producimos 4 de cada 10 jamones con energía solar, disminuyendo nuestra huella de carbono.


Más allá de nuestra actividad, creemos en el impacto positivo en las personas: el 60% de nuestra plantilla proviene de municipios rurales de menos de 5000 habitantes, reafirmando nuestro compromiso con el desarrollo local.