Cuando vamos a comprar al supermercado o a una tienda especializada en jamones nos encontramos que existe en el mercado una gran variedad de jamones según el tipo de raza del cerdo, la alimentación que ha recibido, el tipo de cría o la curación. Por eso es importante que el consumidor tenga la mayor cantidad de información posible sobre el tipo de producto que quiere comprar y conozca las principales diferencias entre el jamón serrano y el jamón curado.
En primer lugar, el jamón serrano procede de cerdos blancos principalmente de las razas Duroc, Pietrain, Landrace o Large White que han sido criados en granjas y alimentados a base de piensos de cereales. Pero es importante saber que no todos los jamones blancos se pueden denominar serranos, ya que este producto debe cumplir una serie de requisitos relacionados con el peso en sangre (entre 9,2 y 9,5), espesor de grasa mínimo (0,8 cm) o el tiempo mínimo de curación (7 meses).
Para no equivocarnos deberemos comprobar que el producto dispone de la etiqueta en la que se especifica el término “jamón serrano”, el sello de calidad ETG (Especialidad Tradicional Garantizada) que reconoce el método tradicional de elaboración y los meses de curación que siempre debe superar los siete meses. Ademas, según los tiempos de curación podremos tener varias tipologías de jamón serrano: Bodega (de 9 a 12 meses), Reserva (de 12 a 15 meses) y Gran Reserva (más de 15 meses). Por lo tanto, todos los jamones que no cumplan con el pliego de condiciones del sello ETG no podrán llamarse serranos sino curados.
Si estás buscando un jamón serrano de calidad que destaque por su sabor, aroma y textura en boca en Nico Jamones somos especialistas en la selección y curación de jamones serranos. En nuestras instalaciones de Luciana (Ciudad Real) llevamos a cabo un cuidado y minucioso proceso de salado, postsalado, secado/maduración y envejecimiento en el que aunamos tradición con las mejores innovaciones para obtener productos de alta calidad.