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HISTORIA

Desde nuestros orígenes, seguimos fieles a lo que aprendimos de nuestros mayores: elaborar jamones y embutidos con procesos naturales y tradicionales, como los de toda la vida.

ORIGEN

En los años 20, la familia González Alonso se trasladó de Salamanca a Herrera del Duque, en tierras extremeñas, donde nacieron sus tres hijos varones. Con el tiempo, pusieron rumbo a La Mancha y se establecieron en Luciana (Ciudad Real), donde abrieron una tienda de ultramarinos.

PRIMEROS PASOS

En 1965, Nicolás González Alonso, segundo hijo del matrimonio, y su esposa Carmen Espadas Rivero, asumieron el negocio familiar, al que añadieron una carnicería que comercializaba carne de cerdos y corderos criados en el corral de su casa. Montaron una cámara frigorífica para la salazón de jamones y un obrador para hacer chorizos, morcillas y patateras.

 

Con mucho sacrificio y dedicación, cuidaban de los animales y elaboraban los productos, llegando a pasar noches sin dormir para atender a las cerdas que estaban de parto. Después de la matanza, Carmen lavaba las tripas en el río, acompañada por su primer hijo, Nico. Trabajaban todos los días del año, descansando únicamente el Viernes Santo.

Después de la salazón, los jamones se lavaban en un barreño en el corral de su casa y se oreaban en cámaras frigoríficas antes de colgarlos en las habitaciones adaptadas de la casa.

Nico repartía los productos en su Vespa.

CONSOLIDACIÓN

Gracias a la popularidad que los productos de Nico ganaron rápidamente en toda la comarca y alrededores, la familia construyó una pequeña instalación en Luciana dedicada a la elaboración artesanal de carnes, jamones y embutidos. El matrimonio se dividía todas las tareas y cuidaban la elaboración de los productos con mimo y paciencia.

 

Repartían productos en tiendas, restaurantes y colegios de los pueblos vecinos, inicialmente en la Vespa de Nico y luego en su primer coche, un Renault Ondine.

Con el tiempo, contrataron a sus dos primeros empleados: Mariscal, encargado de cuidar de los animales, y Zúñiga, que ayudaba en las tareas de sacrificio y elaboración.

Incorporación de la segunda generación

 A los 9 años, Nicolás González Espadas comenzó a aprender el oficio familiar. Ayudaba a sus padres en todas las tareas de elaboración, como deshuesar, atar y envasar chorizos, y poco a poco fue enamorándose del negocio. En 1991, tras terminar sus estudios en Madrid, comenzó a trabajar con sus padres.

En ese momento, comenzó la ampliación de la fábrica de Luciana y se decidió especializarse en la salazón y curación de jamones y paletas.

Durante esta etapa, la empresa impulsó su crecimiento comercial, participando en ferias de alimentación provinciales y nacionales, y lanzando un Plan de Exportación en 1999 con la Cámara de Comercio de Ciudad Real.

 

Bajo la dirección de Nicolás González Espadas, Nico Jamones ha continuado creciendo año tras año, exportando a más de 50 países en los 5 continentes, lo que representa más del 35% de su facturación.

 

Movidos por la creciente tendencia del mercado de consumir jamón loncheado, en 2010 se inauguró una nueva fábrica en Ciudad Real para el deshuesado y loncheado de jamones y embutidos, ampliada posteriormente en 2017.

 

Adicionalmente, en 2024 se inauguró una ampliación de nuestras instalaciones de Luciana para aumentar la capacidad de curación de jamones y paletas en sus bodegas naturales; así como se duplicó nuestra capacidad de loncheado en la fábrica de Ciudad Real.

Estamos en la segunda generación, ¡pero la tercera ya se ha incorporado!

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